VERSO LIBRE

VERSO LIBRE

domingo, 10 de mayo de 2009

ROSAS BLANCAS

Alzo la sábana
como si de una invitación al encuentro se tratara
y te digo: Ven.
Los ojos del silencio contemplan la estancia
mientras inicias despacio tu desnudez.
Tu cuerpo esbelto se insinúa
entre hebras de luz parpadeantes, tembloroso.
Caminas hasta mí como una vestal,
sin mancha alguna, inmaculada,
nerviosa por violar tu compromiso.
Ya compartes el lecho.
Me acerco a ti.
Los primeros gestos
son mis manos ardorosas circundándote,
hasta llegar a esas islas aún sin explorar.
Los labios y mi lengua se encaraman
a tus piernas marfileñas
y tersos muslos prolongados,
avenidas firmes que sostienen el templo
-aún oculto su recinto-
que albergan mis deseos,
crisol,
mar donde mi vida busca derramarse
horadando las simas más profundas.
Jadeante, me dejas hacer.
Semejantes a ríos despeñados,
roncos, entre espuma embravecida,
asilados en el mundo de los sueños,
atizamos nuestro fuego
hasta que las brasas anotan su cansancio.
En los meandros de estas corrientes agotadas
se dibujan, recién nacidas,
rosas blancas despeinadas
decorando el tapiz de nuestro cuerpo.

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