VERSO LIBRE

VERSO LIBRE

miércoles, 29 de julio de 2009

VIVIR Y MORIR QUIERO


Vivir quiero
en lo alto
de lo más alto
amor
donde nada vuela
ni se mueve,
junto a ti

y morir
en el lecho febril
de la cima de las olas
amor
cuando explotan su cansancio
sobre el pecho de la arena,
junto a ti

vivir quiero
atrapado en la seda pegajosa
de esa niebla fantasmal
amor
con rostro y tacto huidizo
que la visión me oculta,
junto a ti

y morir
en ese lugar del bosque
olvidado y sombrío
amor
donde el sol
admite su impotencia,
junto a ti

vivir quiero
dejándome llevar
alambrado en la corriente
amor
desnuda y seductora
que hasta la mar me empuja,
junto a ti

y morir
en lo más profundo
de lo profundo
amor
donde la luz
no tiene ningún camino,
junto a ti

jueves, 18 de junio de 2009

ÁRBOL




aún hoy
tu compromiso con la altura,
la misma ilusión por el vuelo
igual que una cometa
desorientada
en mis ojos de niño ya lejano
pero tan cerca…

faro para el viento tu cima
nudo
nido
templo de nuestros dioses necesarios
caricia para el agua sedosa
huidiza
abrigo también
hospital umbroso de las sombras
alcoba de secretos para amantes

y algo más

tu pie
preso entre surcos leñosos
laberínticos
como ríos enfermos y sedientos
de luz
en busca de un mar desconocido
por la red profunda de la tierra

desde siempre

brújula en los juegos de los niños
y mayores
castillo de cien mil moradas
regalo sin ataduras
ni puertas ni llaves protectoras
en sus celdas
abiertas al canto incomprensible
ameno y sutil de los pájaros

también

descanso y solaz de las aves
en tus despeinadas y temblorosas sienes,
oreado balcón
para la lánguida delgadez de esas hojas
hasta su muerte juntas entre sí
en callado abatimiento

y

qué limpio tu latido vertical
firme y seguro
con la huella del musgo en tu cintura
el verdor explosivo de tu cima
única razón de tu presencia

árbol

paleta multicolor y pulso
de las estaciones varias:

la agreste primavera
con su luminosa pedrería floral
y Cupido en el acecho
desnudo y complaciente

el agotador verano
gaviotas, bronce y sol
con sus ojos libres de vergüenza
que tu yelmo frondoso nos alivia

después la debilidad del otoño
amaneceres y ocasos desvaídos
el adiós en la luz del paisaje
el ocre con sus mejores tonos

y ya la mirada pálida del invierno
con su impúdica desnudez
en la fría diana
de tus sarmientos descarnados

tal vez

puerta de un encuentro próximo
definitivo ojalá
casi eterno con la vida
(imposible el sueño sin futuro)
junto a tus brazos implorantes
y el parloteo de las hojas
con sus nodrizas ramas
en el mismo límite
de tu frontera con el cielo

sábado, 30 de mayo de 2009

¡CÓMO ME GUSTAS...!



cuando me das los buenos días, aún sin vestirte

cuando abres para mí la luz de tus ojos
recién levantada

cuando curvas despacio tu cuerpo para sentarte

cuando te agachas, atrapada en tu falda
mostrando prietos los bucles de tus rodillas

cuando te vuelves al desnudarte

cuando tu pecho oprimido y transparente
desea liberarse de ti mientras caminas

cuando elevas inconsciente tus brazos
para cintar tu pelo molesto con el viento

cuando en susurro me dices “qué haces”
y te dejas hacer

cuando mirándome dulcemente
me dices “quita esas manos”

cuando acostados los dos
me hablas de tus cosas

cuando te rindes a mi insistencia
y mis labios están a punto de alcanzarte

cuando la cremallera que modela tu espalda
necesita de mi ayuda

cuando tus dedos afilados y níveos
se adormecen trenzados en los míos

cuando tu cuerpo, en mi lecho dormido
lo abrazo yo, aún despierto

jueves, 28 de mayo de 2009

ASÍ, COMO SIN GANAS


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El sol sale sin prisa
-lo habrás notado-
y así también
de igual manera
va dejando su aliento
trecho a trecho
durante el día
llenando de vida todo

así, como sin ganas.

También así
de igual manera
al acostarse
abre las sábanas
como si no quisiera
-lo habrás notado-
en ellas recogerse
apagando las luces
así, como sin ganas.

miércoles, 27 de mayo de 2009

INSTANTES


(para entregar a Mario Benedetti)----

Taciturna y monótona
la hebra pálida de la lluvia
da sus últimos pasos.
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Un riachuelo adormecido
deshilado y estéril
repta por la tierra yerma.
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El sueño infinito de mi gata
me distrae;
baja alguien las escaleras.
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Desde ayer sin mi paloma.
¿En que calle del cielo
se habrá perdido?
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El caballo, en la carrera
rompió una de sus manos.
“Pegále el tiro” -dijo el señorito.
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Envidio a los pájaros
en su vuelo desordenado;
ramas de un bosque imaginario.
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Prisionero en tus muslos
adolescentes. Halcón
en el manantial de tus senos.
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Se estremece el árbol
peleando con el viento;
su camino es distinto al mío.
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Atardece.
El descanso de la luz
ennoblece el paisaje.

Las sombras se ocultan
tras los cristales opacos del día.
Cierro todas mis puertas.

viernes, 15 de mayo de 2009

¿ME ACOMPAÑAS?


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Yo que tú
sin pensarlo
me quitaría la tristeza de los ojos
así
sin gafas
me vestiría de blanco de arriba abajo
el lino y la seda te sientan bien

te recomiendo la sexta de Beethoven
pero hay muchas más

acudiría a plazas rebosadas de gentes
de todas las edades

también buscaría alas
sí, sí,
alas de las de verdad
para volar no importa dónde
volar tal vez
a las oquedades de esos valles inquietos y profundos

entraría en una iglesia a esas horas de intimar

mira que no te hablo de árboles ni de pájaros

de la calle me alejaría

de los cafés de conversaciones tediosas

vendrías conmigo
a lo más alto de la torre de un campanario
¿a que te gustaría abrazar el viento entre tus manos?

siempre descalzo caminaría
sobre la piel rugosa y vetusta de los montes

llamaría a la lluvia
para acostarme desnudo en el telar de sus racimos
así
quietecito
oyendo su mensaje
y cubrirme de tierra húmeda
recién empapada y purísima

la palabra la guardaría de momento

me gustaría detener todos los péndulos
¡pasa el tiempo tan deprisa!

juntaría todos los caminos
y los ríos que no he visto
sólo para sentirlos juntos a mí

tampoco te hablo del mar
no abarco su grandeza

después estaría solo un buen rato –indefinido-
llenándome de Nada
hasta vaciarme

¿me acompañas?

VACÍO ESTÁ MI PALOMAR


a mi gata Tirsa

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Vacío está mi palomar:
volaron las últimas alas
que le daban calor y vida.
Se han adueñado de él
para quedarse
el viento
la soledad
el frío que hiela el alma

sólo soy noche oscura
silencio
nada más

nadie me espera
tampoco nada espero

seguiré hablando
llorando
muriendo solo
en este hospicio
vacío de amor

hasta que alguien
no sé quién
coja mi mano
y me acerque a ti

de nuevo a tus ojos